Lo cierto es que, como se suele decir, me las prometía felices pero he aquí el sucedido. He estado alojada en downtown San Francisco, muy cerca de Union Square. Para ir del punto A al punto B se deben coger diferentes tipos de transporte público, empezando por el metro, pasando por el tren y terminando con el autobús urbano de San José, sin contar las caminata final. Y esto es lo que no ha sucedido.
Asumo que tengo un serio problema con las direcciones y cierta tendencia al despiste pero esta vez ha sido demasiado. Me he confundido con el primero, me he pasado de estación con el segundo, el tercero nunca ha aparecido y los taxis en Palo Alto son muy pero que muy difíciles de ver. Así que ni corta ni perezosa, he alquilado una bicicleta municipal y me he puesto a pedalear y pedalear y pedalear hasta que a unos 200 metros de la oficina soñada, se ha interpuesto la autopista 101 que con un cartel bien grande de prohibido peatones y bicicletas me ha bajado la moral a los pies. He tenido que dar la vuelta, con un solazo californiano de película y mis mejores galas encima del sillín. Me he acercado a una gasolinera y una señora que pudiera ser hawaiana se ha apiadado de mi suerte, ha metido la bici en el capó de su 4X4 y me ha llevado hasta la calle Geng. Que todos los ángeles del universo la cuiden y la ayuden a ser muy feliz por siempre.
He llegado tardísimo a la oficina y Mr. Pitch, como es normal, ya no estaba pero un secretario joven y guapo me ha dicho que esperase, que no me preocupase.
Al cabo de un rato, la leyenda del capital de riesgo mundial, ha aparecido y con una sonrisa de oreja a oreja me ha lanzado un- EGUNON- buenos días en navarro, también conocido como euskera, que me ha parecido lo más de lo más. BAITA ZURI ERE! le he contestado, y colorada perdida he aprovechado para explicarle mi odisea.
Hemos charlado sobre su visita a Pamplona en el año 2011 y el recuerdo que guarda del grupo #NASF que lo define como muy atento y despierto. También hemos charlado sobre los diferentes idiomas que cohabitan en el Estado Español y me ha dejado atónita con su conocimiento de...atención...idioma asturiano, Bable! Increíble, Pitch Johnson. Generoso, simpático y todo un caballero.
Una vez terminada la entrevista, ha abierto de par en par la puerta trasera de su cochazo, ha metido la bici dentro y me ha llevado hasta San Francisco de vuelta. Inolvidable encuentro con la Leyenda! Pitch, you are the best! Milesker, betiko!!!